Logotipos

Lo primero que tienes que tener claro es el nombre que quieres que lleve el logotipo; ya sea un nombre completo, unas iniciales, una combinación de ambas.

Lo que te aconsejo es que sea algo sencillo y fácil de recordar, que obviamente tenga un  sentido y una historia que te represente, pero recuerda que lo sencillo es más fácil de recordar, que al final es de lo que se trata.

Aquí nos adentramos en algo muy personal ya que empezamos a tomar decisiones importantes. Hay que definir el tipo de forma que va a llevar el logo; cuadrada, redonda, ovalada, abstracta, tipografías, etc.

Como diseñador valoro mucho el gusto de la persona que me lo encarga, aunque en base a mi experiencia, de todos los logos que he creado, me han dado carta libre en este aspecto, obviamente tras analizar el tipo de sector, mercado, producto y al tipo de cliente que va dirigido.

¿Qué quieres que transmita tu logo?.

Seriedad y profesional, minimalista y sencillo, vintage y exclusivo, moderno y fresco.

Esto es vital para mi a la hora de empezar a dar forma en mi cabeza, la parte más creativa para mi, porque en base de lo establecido empiezo a construir la imagen.

Para mi la parte más importante del logotipo, dar con la combinación perfecta de los colores, que es la que asume el total protagonismo a la hora de impactar visualmente con todo lo que se quiera representar. Hay que definir si se utilizan colores planos, colores degradados, colores cálidos, colores con más personalidad (esto es que me flipa).

Seguimos en la búsqueda de lo que queremos crear; ya tenemos claro el nombre (naming), la forma del logo, la esencia que se quiere transmitir y la combinación de colores para el imparto visual.

He de admitir que como diseñador, delante de la pantalla es dónde más pruebas realizo, y es ahí donde empiezo a encontrar esa sinergia con la creación, que empiezo a percibir mis sensaciones y emociones que empieza a generarme.

Con todos los parámetros anteriores, empiezo a encajar las piezas y empieza todo a coger forma y todo a base de prueba-error-prueba-error-prueba-error, pero ese proceso me fascina.

Es el proceso donde pueden surgir dudas en cuanto al tipo de tipografía que utilizo, si la imagen debe apoyarse en un tag line (¿Qué es el tag line?, una pequeña descripción del servicio que se ofrece), es algo que a mi personalmente me gusta añadir porque creo que inicialmente ayuda a posicionarse el logo como marca. (No es lo mismo un logo que una marca).

¿Qué es el imagotipo?.

Es ese elemento del logotipo que hace que la imagen sea memorable, que sea recordado al instante por el consumidor, y que poco a poco conforme se va posicionando el logo como marca, empieza a adquirir un protagonismo fundamental, hasta tal punto que el imagotipo puede comportarse solo porque la gente lo asocia a tu empresa, tu negocio o tu proyecto.

El ejemplo más claro es el de la manzana de APPLE o el símbolo de NIKE, solo con verlo ya lo asociamos. (Pero esto es otro level) 😉

Las versiones adaptadas es que el logo se debe adaptar y a todo tipo de dispositivos. Por ello se tiene que adaptar de manera cuadrada, redonda o rectangular. Por ejemplo para la foto de perfil de instagram o facebook donde el logo debe encajar. O de lo contrario para el encabezado de la web y más en la versión móvil (que se llama versión responsive).

La versión monocromática es que toda creación debe tener una versión en blanco y en negro, que es una versión muy utilizada para uniformes por ejemplo.

La guía de la marca es como el libro de familia o el DNI del logotipo. Es un documento que te entrego en PDF (que siempre enfatizo que hay que conservar y tener ubicado), donde aparecen todos los parámetros del logo; nombre de la tipografía, paleta de colores en RGB (Colores digitales) y CMYK (Colores para imprimir), medidas del logo, formatos dónde no se puede utilizar, etc.

Cuando alguna empresa te va a hacer un trabajo de lo que sea; una valla publicitaria, un roll-up, un photocall, uniformes, etc, esta guía de la marca es lo que debes de entregar.

También el logotipo te lo entrego en todos los formatos digitales y en todas las versiones; en AI (Vectorizado. El más importante de todos), en PSD (photoshop), JPG (Fotografía plana), PNG (sin fondo) y en PDF.

Las grandes empresas y las multinacionales lo hacen, es fundamental para transmitir a la competencia que «estamos vivos».

¿Quieres conocer algunos ejemplos de rebranding? Pincha en este link y te vas a sorprender.

Cuando llevas un cierto tiempo con la misma imagen representativa de la empresa, es inevitable tener miedo y que surjan dudas. Por lo que a mi respecta, el primer paso para valorar si necesitas hacer un rebranding para tu logo es que seas consciente de que necesitas un cambio a nivel interno (aunque solo sea para llamar la atención de tus clientes).

No confundas «querer un cambio» con «necesitar un cambio». ¿Realmente necesitas un cambio en tu negocio y/o empresa?, sin duda debes empezar por un rebranding.

Tienes que saber que ese cambio te va a llevar una inversión en logística. Ya sea cambiar el letrero de la fachada de tu empresa, sacar tarjetas nuevas de visita, cambiar los uniformes de los empleados, rotular la furgoneta, modificar los logos en la web, cambiar la firma digital, renovar carpetas, etc.

Esto lo tienes que contemplar, aunque sea poco a poco, pero forma parte del proceso.

De las cosas más importantes que tienes que valorar. Tu competencia directa en cuanto vea que has apostado por cambiar de imagen va a pensar que vas a por todas.

Si de verdad necesitas el cambio, quieres apostar por crecer y tienes el dinero para invertir en logística nueva, no te lo pienses.

En la mayoría de los casos el rebranding es una adaptación en el tiempo sobre la imagen ya establecida. Se modifica la tipografía y se mantiene la estructura. Se añade un elemento nuevo como el imagotipo por ejemplo, o se añade un tag line en plan: «Desde 1985».

Un factor a tener en cuenta es mantener los colores y/o adaptarlo por la misma familia de pantones pero con alguna peculiaridad novedosa (El mismo tono pero más intenso o más cálido), añadir un color nuevo o varios colores para que adquiera mayor impacto visual.

Borrón y cuenta nueva. Es hacer una versión totalmente renovada, revolucionaria y asumir todas las consecuencias del impacto. Personalmente es algo que me gusta (porque a mi me gusta el riesgo), pero he de decirte que no siempre sale bien.

El caso más actual para ponerte un ejemplo es el de la marca de ropa ÁLVARO MORENO. Hizo un rebranding de su marca y el impacto en las redes sociales entre sus propios consumidores fue tan nefasto, que tuvieron que volver al original. pincha aquí en el link y podrás ver los logo de este caso.